La otra noche tras volver a casa y putear un poco a los gatos* se me fue arruinando lentamente la noche. Con boludeces: golpearte un dedo, algo salió mal con la comida, te das cuenta que te olvidaste algo que era importantísimo y para AYER, etc. Finalmente el día terminó, y me fui a dormir esperando que al otro día las cosas salieran mejor.
Desayuné, preparé el bolso para ir a la pileta, y salgo a dejarlo a Theo al jardín. A mitad de camino me doy cuenta que me había venido con los anteojos y no los lentes de contacto. Ok, ya empezábamos de nuevo...
Dejé a Theo en el jardín y un abrazo fuerte y beso empezaron a despejarme esa sensación de que iba a ser otra vez "uno de esos días". Volví a casa a ponerme los lentes de contacto, perdiendo así precioso tiempo que simplemente no tenía ganas de perder, y pensando si valía la pena eso o irme directo a trabajar antes de seguir perdiendo más tiempo. Ya bastante me cuesta forzarme a ir a la pileta para hacer algo de ejercicio.
Mi recompensa fueron un hermoso y profundo beso de despedida (de Agus) y la sonrisa "social" de mi hijo de tres meses ("social" un carajo, me sonrió a mí, A MI).
A partir de ahí fue un día totalmente distinto :D
*Ya ni recuerdo por qué los puteaba. Probablemente habían cagado afuera, roto algo, abierto la heladera, o estaban correteándose por la casa arañando los muebles o similar. Nena y Boris dentro de poco cambiarán de nombre a Caos y Destrucción.
lunes, 31 de agosto de 2009
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1 comentario:
Nada de sonrisa social...
Cada mañana, Nachito está tdespierto, tranquilo en su cunita y cuando alguno de nosotros se asoma (despeinado, lagañoso, los párpados hichados) sonríe. Nadie puede sonreirle a semejantes caras a menos que esté realmente feliz de verlas!
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