Desde enero del 2011, incluso antes de saber cómo iba a cambiar el sponsoreo para jueces, saqué mi pasaje al Mundial en SFO. Tenía intenciones de viajar a como de lugar, incluso si eso significaba ir de voluntario. La preparación para el viaje no fue demasiado exhaustiva, ni tan distinta con respecto a otros torneos. Por suerte, hace poco tuvimos un GP en Chile (del cual participé como juez), así que me sentía con los engranajes jueceriles relativamente aceitados.
Llego con tiempo a Ezeiza, y ya esperando para hacer el check in me chocó la diversidad de los pasajeros. Delante mío tenía a una señora muy concheta, que podría haber estado compartiendo pantalla con Su Gimenez, vestida de blanco con un saquito de Dolce y Gabanna, y hablando por celular con su marido, que se encontraba a escasos 3 metros fuera del área de check in, probablemente yendo a Miami de compras. Delante de ella estaba Cumbio (sí, la muchacha bloguera), vestida de manera tal que me hacía acordar a Mati Chiappe, o Lucas de Mar del Plata (perdonen, chicos), apretándose a una nena que no debía tener más de 15 años (o mi vejez me va engañando en estos cálculos), vestida muy informalmente y atrayendo muchas miradas. Debo reconocer que estuve tentado de pedirle sacarnos una foto con el celular (de la típica mirando a cámara, solo las caras y haciendo algún gestito con la mano), como para ilustrar esta nota, pero temí que la ironía fuera ofensiva. Detrás mío, una pareja de mochileros franceses o canadienses, vestidos como cuando yo agarro la mochila para ir al Bolsón, ropa cómoda y mochilas gigantes. Sep... diversidad.
El viaje por suerte fue tranquilo, cené lo que sea me dieron, miré Harry Potter 8 (con un sonido apestoso, tengo que verla de nuevo como para disfrutarla), dormí unas 4 horas y ya faltaba poco para llegar a Miami. Como para acompañar el "desayuno" que nos ofrecieron me puse a escuchar un podcast de RSA, una conferencia de una física teórica sobre el pensamiento científico, la estructura subatómica, el colisionador LHC y cómo eso podria alterar nuestra concepción del universo y la estructura de la materia. Buen día, ciencia!
La conexión a SFO por suerte no tuvo inconvenientes. A cualquiera haciendo este tipo de trasbordos le recomiendo calcular un par de horas. Bajar, pasar por inmigración, pasar por aduana, levantar el equipaje, salir y volver a entrar, pasar por seguridad, encontrar la puerta adecuada y demás les lleva sin retrasos como una hora. Si llega a haber algún retraso de vuelo o tramiterío, van a estar a las corridas.
Bueno, y aquí estoy volando a SFO. Más sobre el viaje, más adelante.
viernes, 18 de noviembre de 2011
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