Veamos... pasaron ya más de cuatro meses. Algunos de los "mejores amigos" de Sil no llamaron jamás, no mandaron un email, NADA. Gente que conocí y aprendí a apreciar durante 10 años. Se los tragó la tierra. Tal vez no les interese cómo está Theo, y menos yo. Si bien no me interesa que me estén llamando a cada rato, aunque sea UNA vez hubiera estado bien.
Varios lo hicieron (más bien amigos míos). Una llamadita y un "mirá, es todo muy complicado, y no queremos joder, pero cualquier cosa estamos". Y están. Gracias.
Algunos hicieron como que les interesaba, pero no pasan de un SMS. Cancelaron o evadieron llamadas, encuentros, etc. Me ven online pero le preguntan a otros cómo estoy yo o cómo está Theo. No los voy a estar persiguiendo. No se a qué le temen.
Por otro lado hay otros desubicados: los que llaman y quieren estar y participar, etc., aunque uno no lo conozca o les diga claramente "no me interesa verte ni nada por el estilo". Llamados de gente que jamás oí nombrar y "no sabés cómo la queríamos a Silvana".
Tal vez no puedo transmitir bien la sensación, pero es de estar abrumado y rodeado de mucha gente desubicada. Yo entiendo que haya sido algo violento, doloroso, etc. y que todos quedamos desorientados. Hasta ahí entiendo. Pero el tiempo pasa, la vida sigue y no me vengan a hablar a mí de dolor y de cuánto la extrañan.
Por suerte, puedo destacar lo contrario también, aunque en menor medida. Y acá sí puedo tirar algunos nombres me parece. Con riesgo de olvidarme de alguien.
1) Los Toledo. Un simple email, es el cumpleaños del pibe, nos gustaría que vengan. Fui, y me trataron como los 10 años anteriores. Tal vez un poco más cariñoso, pero nada más.
2) Vero. Por como se dieron las cosas, hasta le negaron poder despedirse de su amiga. No obstante tuvo paciencia, iniciativa y encontró un nicho donde podía ayudar y la necesitaban.
3) Agus. Hace tiempo optó por meterse en un baile complicado. Y se complicó MUCHO más de lo que podríamos haber esperado. Y no arruga. Cada día que pasa agarra y tira de la soga conmigo, y hace la vida mucho más tolerable. Ni siquiera doy espacio a pensar en cómo habría llegado hasta aquí sin ella, considerando cómo llegué con su compañía.
Gracias a los que pudieron encontrar su lugar y acompañar desde ahí. A los que siguen desubicados... suerte.
PS: La familia no cuenta. Está.
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