miércoles, 9 de enero de 2008

Campamento



Viernes y sábado de la semana pasada me fui de campamento con Theo, Lucía, Tomás y Vana. Ya no me acuerdo cómo surgió la idea. Yo tengo un historial de campamento, y a pesar de mi edad burguesa no me asustan las incomodidades. Lucía y Theo estaban muy emocionados de hacer algo juntos. Le tiré la idea a Tomás y Vana a ver si me hacían gamba, y salió.
Nos fuimos acá nomás, hasta La Reja. El camping nada del otro mundo, más chico de lo esperado. Pero las instalaciones bien. Pero vayamos a lo relevante.
Primero, Tomás y Vana se portaron MUCHO mejor de lo que yo esperaba. Se encargaron de la preparación mucho más que yo, que casi improvisé lo que tenía que llevar. Vana preparó juegos para los chicos. La verdad, estuvieron geniales. Les debo mucho, chicos. Creo que el campamento era más importante para mí que para los nenes.
Segundo, estuve pensando por qué quería llevarlo a Theo de campamento, y por qué quiero que salgamos seguido. Yo tuve muchos campamentos de chico, y de grande. Más allá de la incomodidad, me gusta. Razones hay muchísimas. Pero estuve pensando en qué significa un campamento para mí que quiero enseñarle a mi hijo. Y caí en mi idiosincracia de clase media: no me falta nada de lo indispensable, tengo varias comodidades, pero soy conciente de que no las NECESITO. Que son eso: comodidades y no necesidades. Un campamento me refresca eso. No necesito una computadora, una tele, una cocina... Joder, ni siquiera necesito una cama ni una casa. Eso es algo que quiero enseñarle a Theo, que reconozca la diferencia entre las cosas imprescindibles, necesarias y no tanto. No veo mal querer algunas cosas de la comodidad de la vida moderna, pero sí hacerse adicto a ellas. Yo paso... no se, 12 horas por día en la compu. Y sin embargo me voy de campamento 15 días y no muero sin ella. Ok, si hay dónde chequear el correo mejor, por las dudas (sobre todo laboralmente). Pero no la necesito, la quiero.
Ojalá pueda transmitir eso. Tengo muy claro que tengo un GRAN aliado en mis hermanos (de sangre y no tanto). Gracias.

9 comentarios:

Fernando dijo...

Siempre digo que los campamentos son como el comunismo: son maravillosos hasta que te empieza a doler la espalda y disfrutás un sillón cómodo.
De todas formas, bien por los niños campamenteros ( y los adultos tambien): conocen la naturaleza, no se asustan de perros, gatos y demás alimañas, empiezan a tener cierta noción de que a veces hay que hacer cosas entre todos y aprenden que uno, sin llegar a ser Tom Hanks en "Cast away", puede vivir con poco. Además, el otro día, haciendo racconto de los momentos más felices de mi vida, varios de ellos fueron en la cima de una montaña.

Y un detalle que no es menor (aunqeu por ahora no creo que a Theo le sirva)... es muyyyyyyy fácil levantar minitas en los fogones.

Carmilla dijo...

Una de las mejores vacaciones de mi vida fue de gira por Neuquén con mis viejos, hermanas y familia amiga, en un Dodge 1500 del ´77, carpa en el baúl y sin ruta demasiado definida. O sea, íbamos a Neuquén, de ahí... a donde pinte!
Las anécdotas fueron increíbles. Lo "mejor" fue cuando se fundió el motor del auto por culpa de un mecánico de Zapala (te voy a ir a buscar, sabelo!!!) y nos quedamos una semana acampando a la orilla del Moquehue en medio de una reserva mapuche, con un cacique que veía a ver que no hagamos quilombo, un puma que nos robó una pata de cordero y un chancho-jabalí que me vino a dar los buenos días una mañana.
Alucinanteeeeee!!!!!! Que se repitaaaaa!!!!!

jdelcom dijo...

Fer, por qué me da (de nuevo) esa sensación que de pendejo DORMI MAL? En fin...

Y Carmi, Theo ya me dará la excusa para ese tipo de vacaciones :D

Carmilla dijo...

Chicos! Somos jóvenes (por ahora)!
Todavía podemos armar una fogata y recuperar el tiempo perdido!
Eso sí, hay que apurarse antes de que el Alzheimer no nos deje acordarnos de la letra de "Presente"de Vox Dei. no pretenderán cantar canciones de Miranda, no?

jdelcom dijo...

Me pintaba más "Rasguña las piedras"...

Fernando dijo...

JAAAAAAAAAAA! Presente!!!! Que canción campamentera!! Hay que hacer el ranking mochilero.
Rasguña las piedras, mucho porchetto, y no olvidar "Voy hacia el fuego como la mariposaaaaa y no hay rima que rime con vivir!!!" QUe hubiera sido de mis camps sin Bagglietto.

Y si, Juan... si no le robaste un beso a una niña mostrandole como se ven las estrellas desde el refugio del Frey, dormiste.

Carmilla, pensá que ahora en muchos fogones se deben estar cantando canciones de Arjona!!!! Otro motivo para no ir.

jdelcom dijo...

Sí, claramente debo haber quedado como un salame de pendejo... Pero bueno, de grande me fui de campamento con novias :P
Ahí no tenía que robar nada, ya me lo había ganado. :D

Como lo más probable es que tengas razón con lo de Arjona, creo que amerita un link DIRECTO a tu blog...

http://sietealhilo.blogspot.com/2008/01/18-motivos-para-odiarte.html

Carmilla dijo...

Se acuerdan de "Amanece en la ruta"? Que bajooooooon! Todavía me pregunto porque el índice de suicidios en los campamentos es tan bajo!
Y acerca de los campamentos actuales... Me parece que suena más la banda de sonido de Patito Feo... Mal, muy mal...
Es nuestro deber revindicar la música de campamento! Eso si, si arrancamos con Sabina la noche puede terminar de formas... inesperadas...

Fernando dijo...

Sabina es garantía de una noche inolvidable o de un cachetazo furibundo.
POr supuesto, siempre estoy dispuesto a correr el riesgo. Por las dudas, no cantarle a la dama en cuestión "Mentiras Piadosas" ni "Y sin embargo". Maravillas poéticas, pero a veces contraproducentes.